Moscú, Rusia, 1971
Hace más de quince años, un giro espontáneo marcó el rumbo de su carrera cuando descubrió su afinidad por la orfebrería. Decidió canalizar su creatividad y aprendizaje hacia el diseño de joyas, adquiriendo habilidades a través de cursos básicos y de una valiosa experiencia autodidacta. Este período de experimentación le permitió explorar una amplia gama de materiales y formas hasta dar con un estilo distintivo que caracteriza su obra.
En 2011, dio un paso significativo al lanzar su propia marca, MAYAKO, donde su intuición y estilo único se fusionan de manera armoniosa. Inspirada por la exuberante naturaleza ecuatoriana, Maya incorpora elementos locales en sus diseños, capturando la esencia de su entorno. Su habilidad para combinar texturas, materiales poco convencionales y formas abstractas le confiere a sus creaciones un carácter distintivo y cautivador.
La obra de Maya va más allá de la conceptualización y el diseño, adentrándose activamente en la ejecución de cada pieza. Su proceso creativo, tan variado como fluido, se nutre de la colaboración con artesanos especializados en repujado de adornos para iglesias, marcando un diálogo entre su visión vanguardista y la tradición artesanal local. Maya emprende travesías por el centro histórico de Quito, donde descubre y se conecta con estos hábiles joyeros. Sus técnicas aportan una impronta única a su obra, infundiendo a cada creación la habilidad y la herencia de sus expertas manos.
Después de recibir las piezas elaboradas por los artesanos, Maya continúa con el montaje en distintos soportes. Engastar las piedras, dedicando especial atención a los detalles, constituye una fase crucial. Su minuciosa pasada fina asegura que cada elemento esté perfectamente detallado al momento de montar las joyas. Este meticuloso proceso garantiza que cada pieza sea una obra única, donde la visión contemporánea se fusiona armoniosamente con la maestría artesanal atemporal.
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